Los valores y los límites en mi estado de vida.

¿Te has preguntado si estás trabajando los valores y los límites con tus hijos de manera correcta? ¿También si el enfoque de los valores lo planteas de acuerdo a la situación, categoría, necesidad, toma de decisiones, voluntad, motivo, objetivo, sentido y estilo de vida, actitud, finalidad, época y/o carácter?

Límites y Valores

Cuando hablamos de valores y sobre todo de límites se está haciendo referencia a la relación del ser humano con todos y todo lo que le rodea, aplicándolos de manera directa, pero, además, se debe aceptar qué si un valor no se aplica en lo individual, no se ejercerá hacia los demás miembros de la sociedad así que, independientemente del enfoque que uno adopte, resulta casi imposible abordarlos sin utilizar alguna categoría. Sin embargo, no debemos caer en la subjetividad del ser humano por lo que debemos tener claridad en lo que decimos, cómo lo decimos y cómo actuamos. Somos un ejemplo para nuestros hijos.

Cuando ponemos límites y ejercemos los valores se percibe orden y estabilidad. Deben de existir reglas necesarias por seguridad de todos sin que el contexto determine cual valor o límite aplicar. Recordemos que el objetivo no debe ser controlar, sino enseñar valores y establecer límites que guíen tus acciones, normas y principios.

Es sumamente importante comprender que existen límites y éstos nos llevará a elaborar estrategias formativas. Recordemos que los valores constituyen el fundamento del aprecio o de la desaprobación que las cosas producen en nosotros, y la objetividad de los mismos no depende de las preferencias del individuo ni del contexto y mucho menos de la situación.

Vamos a promover el respeto a la individualidad, a las opiniones de los demás, la cortesía, la discreción, el sentido del humor y demás valores que permitirán cambiar las actitudes y costumbres que tienen que ver con la imagen de la sociedad que representa lo que vivimos tanto hacia el interior como hacia el exterior de la sociedad.      

 El respeto, la tolerancia, la responsabilidad y la honestidad a los demás se demuestra a través del respeto a la naturaleza, cumplir con los compromisos y obligaciones por cada etapa de la vida; a la diferencia en los grupos sociales tanto por edad, género y modo de vida; a aceptar que los demás o pueden tener ideas distintas a las nuestras; respeto al tiempo de otros; mantener las reglas de urbanidad, que en general nos dicta la manera más adecuada de conducirnos en sociedad. Aprendamos a no engañarnos a nosotros mismos, y por lo tanto a los demás; no inventarnos excusas cuando no cumplimos; admitamos que cometemos errores; démosle su justo valor a las cosas y las personas.

Promovamos la importancia de asumir las consecuencias de los actos realizados y de las actitudes tomadas.

 

 Está en nosotros ser mejores seres humanos que conformen una sociedad de mayor calidad y mejor comportamiento.  Transmitamos ideas claras a través del ejercicio y práctica de los valores y los límites en la vida diaria, pero sobre todo en nuestra participación como   personas críticas y responsables, respetando la diferencia de ideas que existe. Reconozcamos la diversidad, establezcamos límites claros que busquen la armonía o el equilibrio en la manera de ver al mundo

 

Evitemos la confusión que se genera a partir de nuestro estilo de vida con la interacción social ya que se ha convertido en una forma de vida con efectos disruptivos lo que nos lleva a limitar la capacidad de decisión que modifica la coherencia, las prácticas, los valores y las necesidades familiares o personales.

Dejemos un mundo mejor de cómo lo encontramos siendo agentes de positiva influencia para la sociedad construyendo igualdad, equidad y reciprocidad entre las personas.

 

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