“Las ciencias aplicadas no existen, sólo las aplicaciones de la ciencia.” (Louis Pasteur). El filósofo, físico y humanista Mario Bunge dice que; “La ciencia en resolución, crece a partir del conocimiento común y lo rebasa en su crecimiento común y lo rebasa en su crecimiento; de hecho, la investigación científica empieza en el mismo lugar en que la experiencia y el conocimiento ordinario dejan de resolver problemas o hasta plantearlos”. En su última obra reeditada por Laetoli, defiende qué la ciencia y la técnica son los motores de la sociedad moderna. Sin embargo, cuando revisamos el impacto que tiene el estudio de las ciencias en las aulas, podemos observar que en muchos casos no existe mucho interés por conocer o aprender de ellas y eso sucede ya que a nivel cultural y con hechos palpables, vemos a este tipo de materias difíciles de comprender por su propia naturaleza o por que no se tuvieron buenas experiencias educativas.
El estudio de las ciencias en general debe tomarse con ejemplos cercanos a la realidad de quien la estudia, es decir, conocer y comprender los fenómenos que se pueden identificar a nuestro alrededor y se acompañe de estrategias que incentiven la curiosidad y muy importante, el de mantenerla cuando se va desarrollando.
Si queremos que las ciencias estén más cerca de todos, se debe enseñar que las ciencias, la tecnología y la innovación son ejes fundamentales de cualquier cultura y por ello, el quehacer científico debe ser propio, valioso e indispensable. No se le debe negar a una persona el conocimiento y los aprendizajes significativos, se debe cultivar en todos el mensaje de que, al vivir de cerca la ciencia se desarrollan habilidades muy importantes como las socio emocionales, de colaboración, de resolución de problemas y valores como la confianza, el compromiso y la empatía.
Para el Colegio Baden Powell la Ciencia es muy importante, ¿quieres vivir la experiencia?
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